En el tejido de la historia, las mujeres han bordado con sus manos los hilos de la resistencia, la perseverancia y la esperanza. Cada logro histórico es un testimonio de fuerza.
Hablar de mujeres es hablar de derHECHOS, de acciones que trascienden y se convierten en el cambio en un mundo más justo y equitativo. Como Natalia Ponce, una mujer que sobrevivió a la oscuridad de la violencia de género para convertirse en un símbolo de esperanza para otras mujeres. Su historia nos muestra que incluso en los momentos más difíciles, la voluntad de transformar el dolor en fortaleza puede mostrar el camino para muchas mujeres.
En este día, honramos a todas aquellas mujeres que abren camino a otras mujeres en su lucha por la igualdad de derechos. Son ellas las que han alzado la voz en medio del silencio, las que han convertido los sueños en realidad con su determinación, esfuerzo y coraje.
Y en esta búsqueda de transformación, Comfandi está presente como un lugar de apoyo, de protección y de oportunidades para seguir avanzando. Desde programas de empoderamiento hasta iniciativas de inclusión, Comfandi trabaja por la igualdad y justicia de cada mujer.
Con el programa “Mujeres en Armonía”, Comfandi acompaña a cientos de mujeres a crear redes de autocuidado y gestión de situaciones de riesgo. Además, a través de iniciativas como “Estamos Contigo”, se brinda apoyo integral a mujeres en momentos de vulnerabilidad, proporcionando préstamos, flexibilidad de tiempo, apoyo psicológico y espacios de conversación.
En el ámbito educativo, Comfandi también hace su parte, formando a miles de niñas en competencias STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas), rompiendo con estereotipos de género y promoviendo la igualdad de oportunidades desde temprana edad.
En este Día Internacional de la Mujer, recordemos que cada derHECHO es un peldaño en el camino hacia un mundo más justo y equitativo para todas. Es momento de unirnos en solidaridad, de tender puentes en lugar de levantar muros, de celebrar la diversidad que nos enriquece como sociedad.
Porque en el corazón de la lucha por los derechos de las mujeres late el palpitar de la humanidad misma. Es un llamado a la acción, a convertir los sueños en realidad, a escribir juntas un nuevo capítulo en la historia de la igualdad y el respeto.